Pequeño, verde y brillante
se confunde con la hierba.
Dos finas agujas de oro
me parecen sus antenas.
Ha andado un largo camino
a través de muchas tierras
y ante el Rey de los insectos
va a elevar una protesta:
–Quiero cambiarme de nombre
y llamarme saltapiedras.
¿Cómo voy a saltar montes
con el trabajo que cuesta?
ANA MARÍA ROMERO YEBRA
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