El mago se acercó al río pensando en cuánto le gustaría darse un baño. En
ese momento pisó la púa de un cardo y todos pudimos ver su caída. El río parecía
un océano mientras él chillaba preocupado porque le había entrado agua en un
oído. En medio del caos, yo miraba su baúl y pensaba si era el momento de
espiar un poquito su contenido y averiguar algunos de sus secretos.
hay 14 accentos
ResponEliminaHola
ResponElimina